Oscura y perversa la espera
jugando el destino conmigo
obtengo muy pocas respuestas
se tornará el tiempo mi amigo.
Vagando en mitad de la noche
el instinto siempre bien me guía
ardiendo en mis ansias feroces
no quiero que despunte el día.
Las dudas, tan crueles y odiosas,
unidas tan fuerte al deseo
nunca son misericordiosas
abren un camino al infierno.
Tirados los dados han sido
respeto las reglas del juego
ahora, con hombre escondido,
enciende la bestia su fuego.
Loado sea nuestro encuentro
oculto, peligroso y pleno,
bendecido fue con la sangre
oscurecido por el miedo.